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Age of Empires: el Imperio Asirio, guerra y estrategia

 

 

 

 

 

 

 

Age of Empires
Ruta 7
Puerta de Balawat
Arsubispal
Fragmento puerta Balawat
Relieve Asirio
Enfrentamiento asirio
Decapitación de prisioneros
Salmanassar III

 

El civilismo de las sociedades complejas y la barbarie de las comunidades guerreras ha co-existido dentro de las mismas comunidades sociales. La civilización asiria es reconocida históricamente por poseer prácticas de terror para el dominio de tierras y ciudades. El Imperio Asirio fue nombrado como el Imperio Militar pues se fundamentaba en el mantenimiento de bienes y tierras por medio del terror y el ejercicio de la violencia. En la actualidad los países que hicieron parte de este temido y reconocido imperio son Egipto, Siria, Irán, Irak, Líbano, Israel, Jordania, Turquía, Armenia y Azerbaiyán.

El ejercicio de las armas era central en la obtención de poder político, la dominación económica y la influencia social. La elite y la monarquía eran militantes, los reyes como se observa en los relieves asirios, participaban activamente de las conquistas de los territorios. Se fomentaba en todo sentido una ideología dominante militar que llegaba a permear todas las esferas de la sociedad asiria. A pesar de que el Imperio utilizaba una burocracia dependiente del rey y practicaba una legislación, su instrumento central de gobierno era el terror, pues este permitía la parálisis de los enemigos y la dispersión de la población con el fin de liberar territorio para el poblamiento de los asirios (García, 1993, 99-100). Actualmente existen discusiones entre los investigadores sobre las formas de conquistas asirias; algunos como Roberto Rodríguez aseguran que existían otras formas de sujeción por medio de impuestos y el mantenimiento de guardias. Otros por el contrario afirman que  los asirios: “Emprendían una correría para hacer saqueos y recibir tributos de sumisión y una vez cumplían sus propósitos regresaban sin imponer guarniciones permanentes de sus hombres…” (Hogarth, 1951, 97).

Este tipo de discusiones suscita interrogantes en torno a los objetivos de la conquista asiria, así como de su éxito permanente como imperio que extendía sus dominios territoriales. El historiador del mundo antiguo, D. G Hogarth afirma que la estructura social y económica de los asirios reproducía y fomentaba la guerra como forma de manutención del imperio. Considera estos pueblos semi nómadas, cuyos campesinos no trabajan la tierra extensivamente sino por temporadas en las cuales alternaban la agricultura con la militancia. Esta explicación sigue sin embargo, teniendo ciertas falencias, ya que las fuentes parecen mostrar que los asirios giraban en torno a centros territoriales permanentes y constantes; en su efecto, los botines eran llevados a estos centros administrativos, con lo cual el pueblo asirio estaba fuertemente atado a un territorio y un dominio especifico que no era común en los pueblos nómadas. En el libro de Albert Champdor se menciona una fuente en la cual el rey Asurbanipal (669 A. C) en su asalto a Tebas “todo lo quita de su sitio y se lo lleva a Asiria” (Champdor, 1963, 71). De igual forma, los saqueos al ser esporádicos no parecen ser de constantes movimientos o migraciones, aunque, en cierta medida el sustento económico del imperio estuviera basado en estos.

Esta discusión incluso propicia otro debate controversial entre los historiadores. Según el investigador Roberto Rodríguez, el historiador Michael Mann sostenía que los asirios tenían una identidad nacional que les permitía el triunfo en las conquistas. Los investigadores afirman que Mann ha recurrido a un anacronismo, ya que hay que entender el nacionalismo en una época y contexto especifico. Sin embargo, el estudio de la identidad debe ser un tema mejor abordado entre los historiadores puesto que la militancia activa y constante de los campesinos sí podía indicar ciertas construcciones de identidad dentro de una colectividad (“nación” etnia o cultura). (Rodríguez, 2006).

Por otra parte, hay que tener en cuenta los factores independientes de la identidad que pudieron permitir la sujeción de las tierras y el reclutamiento de campesinos para la guerra. En primer lugar, en las tierras conquistadas se deportaban personas que entraban a restituir y reponer aquellas pérdidas humanas de la guerra. A su vez, el componente ideológico del terror permitió el dominio imperial de los asirios sobre grandes extensiones de tierras. Se dice que el imperio de Sargón fluctuaba entre el lago Van, toda Mesopotamia (Babilonia como ciudad central), fenicia, y algunas zonas disputadas en Egipto y Jerusalén. Son múltiples los ejemplos de extorsión y subordinación (humillación) de los gobernantes de las respectivas tierras por parte de los reyes asirios. La imagen 3 que corresponde a un relieve encontrado en Nínive, muestra como los asirios esperaban que otros reyes e individuos se arrollidaran ante ellos; mostrando respeto y temor. Senarquerb insulto a Ezequiel gobernante de Jerusalén ante su pueblo y Ahuni de Til Barsip fue destituido por Salmanassar II.

La ideología que propiciaba la guerra y la tortura en los asirios puede entenderse como un poder que gira en torno a la memoria; ser recordado por el otro y borrar las huellas y la memoria del otro. Es a su vez, un despliegue de su poderío; el investigador Roberto Rodríguez afirma que más que verídicas las torturas y las crueldades contra los vecinos, las narraciones cruentas funcionaban como propaganda de terror. Lo cierto es que el enemigo que no es deportado debe ser eliminado físicamente; no es útil para el imperio y se representa una amenaza. Las cabezas exhibidas de los prisioneros, que se pueden observar en el relieve de la puerta de Balawat en la imagen 2,  dejan memoria en los pueblos, el poder de los asirios no es su paso momentáneo en los saqueos sino la imagen que generan en el otro. El incendio permite la destrucción de las grandes demostraciones de poder de las otras ciudades. El enemigo es dejado en la más honda miseria, hay textos que afirman que tal era la devastación que había dejado el pueblo asirio, que su único medio de subsistencia era el canibalismo, el jefe Uaate es desollado lentamente por Asurbanipal (Champdor, 1963).

De igual forma, hay que tener en cuenta que la guerra implicaba valores en la cultura asiria y que se asociaba al gran acto de cacería (Hunger & Lamer, 1924). Asimismo, robar el botín del enemigo era legítimo pues estos estaban en contra del dios Assur. La ontología de su sentir guerrero se fundamentaba en respuestas mitológicas de la acción de Asur (el mismo Marduk de Babilonia), su deidad primordial, quien vencía al caos y justificaba la aplicación de una guerra santa para gobernar a los pueblos de la tierra.

El ejército asirio se organizaba por unidades de soldados que cumplían funciones de vigilancia del Rey o guardias. Algunas de esas unidades eran móviles conformadas por caballeros (hombres con técnicas de monta de caballo quienes se encontraban liderados por un rab kisir. Las unidades estables eran destinadas para mantener el control territorial e invadir territorios vecinos (Saggs, 1963, 2-5). El ejército asirio se autoalimentaba del reclutamiento ejercido por los gobernadores de cada provincia.  El abastecimiento de las unidades móviles fue racionado en casi todas las ocasiones (exceptuando los episodios de saqueo)  pues su manutención se renovaba gracias al paso por comisarias que abastecían de maíz y paja. Por otro lado, el nivel de estratificación pública era tan complejo que los sueldos de los combatientes dependían de su rango en la escala militar. Por ejemplo el “General Jefe” y el “Primer Ministro” recibían de 15 a 20 objetos entre minas de plata, vestidos finos y vestidos ordinarios. Su organización interna se daba de acuerdo a las armas que poseían no a la formación de las tribus. Las armas contempladas eran: 1) los carros  2) la caballería 3) la infantería y 4) los zarpadores. Estrategia y armas

Su industria defensiva y ofensiva radicaba en la estructuración de su ejército de acuerdo a las armas obtenidas. Las armas utilizadas eran 1) los carros  2) la caballería 3) la infantería y 4) los zarpadores. Respecto a los carros, estos ejercían el ataque y la persecución a los enemigos. La caballería, por su parte, sufrió algunos cambios pues se comenzó por disponer a los caballos solo para combatir pero más tarde, se utilizó el caballo como elemento del combate. Esto implicaba unas diferencias en la forma de montar el caballo. En un principio se experimentó el caballo sin estribos y había un escudero que defendía al soldado. Luego el soldado mismo llevaba su escudo y protegía a su caballo con una coraza. En la infantería se distinguían los piqueros y los arqueros. Por último, los zarpadores expulsaban a las poblaciones de sus hogares y liberaban el territorio.  

Su estrategia militar se fomentaba a su vez desde puntos estratégicos; el camuflaje y la emboscada por ríos y canales era común. Como se observa en la imagen 1, cada individuo cumple su rol, en la emboscada por rio. La maquinaria del barco y de los buzos es suficientemente avanzada e innovadora. A estos se les conocía como Burjuks; odres henchidos de aire (Hunger & Lamer, 1924).

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